En España, la infancia es percibida actualmente como un grupo poblacional que necesita menor atención que las personas adulta y mayores.Las causas de esta imagen están relacionadas con la mejora en la supervivencia, el escaso peso relativo poblacional y la investigación científica centrada en la predicción de enfermedades en la edad adulta.
Asimismo, la sociedad no se da cuenta de que es un colectivo vulnerable y que presentan varios problemas. Éstos se encuentran relacionados con la manera de vivir de los niños/as y familias, es decir, con los estilos de vida, entendidos como no sólo conductas individuales, sino como patrones o formas de vivir que se conforman en gran medida por el contexto social y físico en el que se vive.
En concreto, el modo en que los niños/as disfrutan del tiempo de ocio tiene mucho que ver con la salud física y mental y con las relaciones sociales. Las dificultades actuales para el esparcimiento al aire libre, junto con el acceso a determinadas tecnologías, han hecho que las formas de entretenimiento cada vez más frecuentes sean la televisión, el ordenador y los vide
ojuegos. Por ello, la práctica del ejercicio físico no es muy frecuente, y son más sedentarias las niñas que los niños. La práctica de deporte aumenta con el nivel de estudios y las diferencias por sexo (el 27% de los niños y el 15% de las niñas) aumentan con la edad.
Según mi punto de vista, estos abusos a las nuevas tecnologías afectan al estado de salud de los menores, aunque también al del resto de las personas, puesto que no se relacionan con otras personas y no practican ejercicios físicos como hemos mencionado. Además, puede ocurrir que estos niños lleguen a excluirse de los demás, al apartarse de la vida social.
Por todo ello, es necesario intervenir más con los niños/as en la infancia, puesto que es un grupo de población bastante olvidado actualmente en España a la hora de la planificación de políticas y servicios de salud, desde la identificación de las necesidades y problemas específicos hasta la definición de criterios pertinentes de calidad de su atención.
La investigación sobre la salud de la infancia es escasa en cantidad y en calidad, ya que a menudo no está diseñada específicamente (como en el caso de las encuestas de salud) o no permite identificar desigualdades, por lo que el conocimiento que tenemos de la salud de niños y niñas, y de sus determinantes es bastante limitado.
Así, es recomendable tener en cuenta estos tres aspectos:
– Considerar los aspectos conceptuales de los determinantes de la salud, la visión del desarrollo y el ciclo de vida y los derechos de la infancia en la formulación, la implementación y la evaluación de políticas y servicios de salud para la niñez.
Para observar los derechos de los niños, expongo este video, el cual no puede incorporarse aqui, sólo el enlace.
http://www.youtube.com/watch?v=DHBicv6r3eM– Profundizar en la investigación para el conocimiento de la influencia de los determinantes microambientales y macroambientales en la salud y la calidad de vida de la niñez y en el análisis de su salud según el género y la clase social.
– Fomentar la participación de niños y niñas, su desarrollo y capacidad de decisión en las acciones dirigidas a conocer su salud, necesidades y problemas, y a la hora de planificar, implementar y evaluar su atención.
No obstante, para conseguir estas recomendaciones es necesario la intervención de educadores sociales, para que les ayuden a los niños a conocerse (sus límites, cualidades, quiénes son, etc.) y a insertarlos positivamente en la sociedad.
Los educadores sociales no solo deben actúar con los menores en los centros educativos, sino que también en los centros hospitalarios. No obstante, en España estos profesionales no trabajan en los hospitales, excepto en Barcelona.
Así, es necesario la aparición de estos profesionales en los hospitales para la realización de activida
des educativas para motivarles, distraerlos y se relacionen con otros menores. Un ejemplo de estas actividades es el proyecto propuesto por la Caixa, que se desarrolla en el Hospital Virgen del Rocio de Sevilla, el cual llamado Ciberaula Caíxa. Este proyecto lo debería llevar a cabo los educadores sociales, en cambio son los voluntarios los que imparten estas actividades a los niños/as, sin una formación previa.
Las funciones que llevan a cabo los educadores en estos centros hospitalarios son las siguientes:
- Ser útiles al niño/a hospitalizado/a.
- Adquirir recursos.
- Aprovechar y repartir los recursos.
- Mantener una adecuada comunicación y relación entre los/as miembros/as, tanto menores como familiares.
- Crear una buena estructura y dinámica de trabajo.
- Relacionarse con el exterior.
- Dar respuesta a los problemas que presentan los/as destinatarios/as del proyecto.
- Conocer el proyecto en el que participamos.
- Conocer a los niños y niñas: sus necesidades, intereses, ...
- Reflexionar sobre nosotros/as y sobre cómo trabajamos y cómo podemos mejorar.
- Programar y ejecutar las actividades.
- Desarrollar y transmitir entusiasmo.
- Desarrollar la iniciativa y la creatividad.
- Acoger a los/as nuevos Educadores/as Hospitalarios/as.
- Mantener la cohesión del grupo.
- Asistir a las reuniones.
- Solucionar conflictos y tensiones.
- Favorecer la unión.
- Comunicar e informar de casos.
- Ser crítico y sincero a la vez que innovador/a.
- Plantear problemas que existan.
- Buscar soluciones.
- Priorizar el trabajo.
- Revisar y dar salida a lo pendiente.
- Repartir tareas: saber distribuir recursos y esfuerzos.
Aunque pueda resultarnos difícil especificar las funciones del educador social, también es complejo destacar los ámbitos o espacios concretos en los cuales interviene el educador social. Podemos afirmar que en la realidad, su trabajo diario se dirige a: servicios de atención primaria y domiciliaria, servicios sociales, equipos de atención a la infancia y la adolescencia, equipos de valoración y orientación, protección y reforma de menores, centro de acogida, agentes de desarrollo local, albergues, ludotecas, equipos de educadores de calle, etc.
Con respecto a las familias de los niños/as enfermos, éstas se pueden ver sobreimplicadas y entonces erróneamente los sobreprotegen. Por lo tanto, hace falta un trabajo educativo de apoyo y sensibilización por parte de los profesionales como el educador social; además, los familiares por sí solos no comprenden la naturaleza biológica de la enfermedad de sus hijos. Por todo ello, para lograr una buena interacción familiar es básico una estrecha colaboración entre los diferentes miembros de la familia y de éstos con el equipo multidisciplinario. Este trabajo conjunto hacia la familia y el menor enfermo evita sentimientos como la frustración, la desilusión, y la desmoralización, y, si se evita un exceso de estrés, se obtendrá un máximo de éxito en la resolución y enfrentamiento de problemas, para poder mantener el equilibrio para evitar recaídas en el niño/a y disminuir la alta emoción familiar expresada a causa de las carga que les supone.
Por todo ello, los familiares necesitan el apoyo y ayuda de profesionales como educadores sociales, con el fin de informarles sobre cuales son las actividades educativas que sus hijos deben realizar y qué estrategias tienen que desarrollar para que sus hijos se integren en la sociedad con mayor facilidad.
También, el educador social le puede ayudar a las familias, al informarles sobre los distintos recursos que existen, como el siguiente cuento, con el fin de motivarlos y tengan esperanza en que se van a recuperar pronto e integrarse en la sociedad.
http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/billetes-de-cielo
Además, otro profesional muy importante por su labor con los familiares es el psicólogo, ya los miembros de la familia pueden concienciarse de la enfermedad de sus hijos y eliminar el estrés y depresión gracias a la cooperación con este especialista.
Para finalizar, según mi opinión expreso que es imprescindible la Pedagogía Hospitalaria, la cual es una escuela en el hospital, pero también lo lúdico y la atención a las familias de los niños hospitalizados, ya que tiene como fin procurar que los niños no pierdan el ritmo escolar durante la situación de ingreso hospitalario y tengan su desarrollo integral.
Asimismo, pienso que nosotros, como futuros educadores sociales, debemos tener en cuenta que el educador hospitalario debe comenzar desde el mismo momento en que el niño ingresa en el hospital, independientemente de la enfermedad que padezca o de la duración de su estancia hospitalaria, porque lo que queremos conseguir son los fines y objetivos propuestos.